por Estefania Duque
Como maestra de esta disciplina me he encontrado a mí misma reflexionando constantemente sobre la separación de esta con la danza. ¿Por qué si todas las Polers consideramos que es una Danza, no le damos el entrenamiento dancístico que le corresponde?
Es muy común encontrarse con clases llenas de trucos, transiciones y combos pero que restan tiempo y valor al trabajo técnico básico de danza así como al acondicionamiento físico, y ambos nos ayudan a mejorar ejecución y evitar lesiones.
¿Cómo se pretende avanzar y mejorar sin esas dos cosas? ¡Para mí son la base de todo!
No puedo enseñar a una alumna cómo invertir sin que tenga, por un lado, un buen desarrollo muscular, y por otro consciencia corporal (que nos sirve por ejemplo para que haga extensiones en sus piernas y brazos por inercia ó para conectar con ése músculo que necesita para ejecutar cierto truco), sin haberla hecho consciente de la colocación que debe tener su torso (costillas cerradas, espalda recta, sin arco en la espalda, hombros abajo, alargando el cuello), de cómo abordar posiciones básicas y la sensación al hacerlas de manera correcta como: segunda rotada, plié, relevé, passé, etc.
Se puede enseñar sin inculcar esto, sí, pero ¿cuáles son las consecuencias?
Mas allá del resultado visual (que con estos conocimientos y siendo constante en la repetición, corrección y presencia en mente cambiarán radicalmente la ejecución de los combos luciendo estéticos, fluidos y controlados), las consecuencias son alumnas que no conocen su cuerpo, que ejecutan trucos que no deberían estar ejecutando, lo que nos lleva a ampliar las posibilidades de sufrir lesiones corporales a corto, mediano o largo plazo, que no pueden, por más que quieren, hacer las cosas de manera más fácil y fluida.
También un gran problema es que se crean generaciones de maestras que repiten este sistema una y otra vez.
No es necesario (y no debería suceder) que la alumna tenga que buscar por su propia cuenta clases de danza que le ayuden a desarrollar esto, una instructora de Pole Dance y Fitness puede darle lo básico para su práctica. Es el deber de la instructora tomar las clases de técnica de danza necesarias para adquirir el conocimiento ella y después transmitirlo a sus alumnas adaptando ejercicios en clase que nos de las bases que necesitamos, y con esto, romper la maldición del las malas enseñanzas del Pole.
Si estamos tomando el papel de Instructora ante una disciplina que exige cierta preparación en danza, entonces seamos responsables de lo que estamos enseñando. En las manos de la instructora está hacer crecer el Pole como la gran disciplina que es, no por nada las Gimnastas toman clases de danza, no por nada las bailarinas contemporáneas toman técnica básica de ballet, igual pasa con las de Telas, Aro, Belly Dance, Jazz, Salsa, Tango, incluso deportes que uno jamás imaginaría como Baloncesto.
Entiendo que muchas de nosotras no tenemos conocimiento previo de danza y muchas quizás tuvimos un aprendizaje empírico del Pole ya sea que nos hayan enseñado en un estudio donde no explicaban a detalle cómo ejecutar un trick ó que hayamos practicado solas, pero esto no quiere decir que sea la manera adecuada de enseñar a las demás y mucho menos que debemos transmitirlo así. Siempre podemos poner manos a la obra y trabajar en mejorar lo que enseñamos.
Por amor a nuestras alumnas y respeto a nuestra Danza, ¡Hagámoslo!
Y si eres alumna de pole pero en tu estudio no se enfocan en enseñar consciencia corporal, técnica de danza y desarrollo muscular mi sugerencia es que hagas todo lo posible por encontrar una buena maestra de danza que te ayude a desarrollar esas cosas básicas que se necesitan para hacer Pole, verás cómo tu practica mejora abismalmente.